¿Por qué se pueden organizar Carreras de Perros y no de Gatos?
Vamos a verlo. En una caseta de salida ponemos a un perro y en otra a un gato, y lanzamos la “liebre”.
El Perro, nada más ver una raya color liebre con el rabillo del ojo, sale escopetiado ladrando como histérico y corriendo a todo lo que le dan las patas.
El Gato se para un poquito y dice, “¿Correr yo? ¿Pa qué? Aquí mismito la espero quieto parao. ¿Pos no? ¡Ella misma va a dar toda la güelta…!”
Vamos a verlo. En una caseta de salida ponemos a un perro y en otra a un gato, y lanzamos la “liebre”.
El Perro, nada más ver una raya color liebre con el rabillo del ojo, sale escopetiado ladrando como histérico y corriendo a todo lo que le dan las patas.
El Gato se para un poquito y dice, “¿Correr yo? ¿Pa qué? Aquí mismito la espero quieto parao. ¿Pos no? ¡Ella misma va a dar toda la güelta…!”
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