martes, 27 de noviembre de 2007

El nombre de mi gato, antes Patín

El Nombre oficial que figurará en su pasaporte, a los efectos de que nos dejen atravesar juntos con él los aeropuertos fronteras y aduanas que LaJefa y yo solemos sortear todos los años, será Pumpkin (pronunciado pʌmpkɪn), que significa calabaza a secas.

Cuando estemos en Buenos Aires, a las personas interesantes (dígase interesantes a las personas con la infancia tierna todavía, tipo Bruno o Alejo o Laruchis… No sé si Lara también, que es ya muy mocita…) les diremos que su nombre es Zapallito, pero que nosotros lo llamamos Zapi.

En Lanzarote su nombre será Calabacita, pero Andrea (7) y sus primos Rodrigo (8), Daniel (4) e Inés (2), seguro que lo van a llamar Kali. (Temo que Inés lo nombrará como pueda, la criaturita).

martes, 25 de septiembre de 2007

El regreso al hogar

Bueno, a dos de los hogares. Es que esto del triángulo a veces es confuso.
Dos meses y medio en Buenos Aires. La fabulosa suerte de haber estado allá justo para ver la nieve, y la vuelta a Chicago, a Arrecife y al trabajo espeluznante.
A ver qué nos depara este año en nuestras vueltas por el mundo.
No se pierdan, en unos días, la película de la nevada en Buenos Aires. (Espero que se vea al menos un copito)

No me jodas.



Gracias, Elisa, por encontrar este video. Te voy a tener que dar privilegios de autora en este blog por las contribuciones. No estaría mal, pensátelo.

sábado, 16 de junio de 2007

Para Elisa

Que me mandó el aviso de esta preciosidad.
Y por esas cosas de la vida, resulta que parece la ilustración perfecta para esta otra preciosidad: TEJIDO con que nos regaló Leda hace unos días.

500 años.

martes, 12 de junio de 2007

Los Tres Ateos

Un ateo cristiano afirma: “Dios no existe."

El ateo judío le responde: “No, estás muy equivocado. El que realmente no existe es Yavé."

“Ah, ¿Y cómo vamos a entendernos entre nosotros?”, cierra el ateo musulmán. “¡Ustedes dos no logran darse cuenta de que el que no existe realmente es Alá...!"

lunes, 21 de mayo de 2007

Las Dudas de Rusti

Queca siente episodios de ansiedad mientras busca a Rusti por los pasillos del hospital donde trabaja.

Queca es Auxiliar de Clínica en el “Hospital Central” y es la novia de Rusti, un subalterno muy guapo que trabaja también allí y que lo mismo sabe trasladar la camilla de un paciente que hacer una traqueotomía urgente con tres dedos de una mano, si se da el caso. Ya saben, ese tipo de empleado de las series de hospitales.

Pues bueno, que Queca se anda haciendo un lío con un detalle de la boda. No consigue decidir si el ramo de novia de rosas blancas debe ser de diez flores o de doce.

Rusti tiene muy claro que quiere a Queca y que desea casarse con ella, sin la menor sombra de duda. Pero Rusti no puede evitar una reacción de huída cada vez que la ve enfocar la otra punta del pasillo.

- ¡Ah, Rusti! Finalmente. No te vayas otra vez. Tenemos que hablar de algo muy importante.

- Bueno Queca, ta, no me voy, aunque tengo cosas que hacer… ¿De qué quieres que hablemos?

- Rusti, de verdad. A veces pienso que nuestra boda no te interesa nada. ¿Tanto tienes que hacer que no puedes pararte un momento para hablar de cosas importantes?

- Sí, Queca. Tienes razón. La intubación urgente del paciente con crisis coronaria y la cauterización urgente de la arteria femoral del torero de esta tarde pueden esperar. ¿De qué quieres que hablemos?

- Colosal. No puedo creerlo. ¿De verdad me estás diciendo que por una vez vas a dejar de lado tus estúpidas ocupaciones para escucharme?

- Queca, cariño, mis ocupaciones no son estúpidas…

- ¡Ah, ahí sonamos! ¿Entonces la estúpida soy yo porque quiero consultarte cosas importantes sobre nuestra boda? ¿Es eso lo que estás tratando de decirme?

- No, mi vida. No quiero decir eso…

- Pues lo parece, Rusti. A veces tengo la sensación de que huyes cuando me ves aparecer por la otra punta del pasillo.

- Eso no es cierto, mi amor. Esas son figuraciones tuyas…

- Bueno, está bien. Acepto tus disculpas. El caso es que tenemos que decidir algo urgentemente. Es sobre el ramo que voy a llevar en la boda. Va a ser de rosas blancas, pero hay un problema. La tía Otilia dice que el ramo debe llevar diez flores, y la tía Matilde dice que doce. ¿Qué hacemos? ¿Cuántas flores llevamos?

- Bueno Queca… No sé qué decirte… Este… ¿Qué opina tu mamá?

- Rusti, en serio que a veces pareces idiota. ¿Cómo metes en esto a mi madre? Tú sabes tan bien como yo que lo que diga mamá no vale un pimiento cuando la tía Otilia y la tía Matilde empiezan a opinar. Sólo quiero preguntarte cuántas rosas vamos a llevar a la boda. No me hagas líos y no salgas a las corridas, que te conozco. Tenemos que tomar una decisión ya.

lunes, 14 de mayo de 2007

El Voto de Peter Pan

Hasta los diecisiete años sólo tenía que aprenderme las lecciones.

Ahora a los dieciocho tengo que aprenderme además las Elecciones.

No es justo. ¿Cómo puedo saber yo a quién votarle?

sábado, 12 de mayo de 2007

Definiciones

Una persona sabionda suele tener mejor el oído, pero no sabe escuchar bien.
Una persona sabia suele oír mal, pero sí sabe escuchar.

Todo esto viene al caso porque una tarde una niña (Andrea, 6 años) y yo (Juano, 52 años) nos pusimos a discutir de qué color tenía que ir la gorra del osito que estábamos pintando juntos. Ella decidió en su inspiración brillante que tenía que ser de color rojo carmín, y como todo sabiondo se preparó para sostenella y no enmendalla.

Yo intenté explicarle que una gorra rojo carmín no iba bien con una blusa verde pistacho y un pantalón verde aguacate, pero ella tozuda.

Entonces fue cuando escuché lo que realmente me estaba diciendo: “Tío Juano, yo tengo sólo seis años y tengo todo el derecho a ser todo lo sabionda que yo quiera. Ahora mismo no entiendo muy bien lo que te estoy pidiendo, pero quiero que cuando vaya cumpliendo más años, de a poquito, me ayudes a pasar de la sabiondez a la sabiduría.”

Ahí fue que decidí que de momento la gorra del osito iba a ser rojo carmín.

jueves, 10 de mayo de 2007

FORMAS DE SER

¿Por qué se pueden organizar Carreras de Perros y no de Gatos?

Vamos a verlo. En una caseta de salida ponemos a un perro y en otra a un gato, y lanzamos la “liebre”.

El Perro, nada más ver una raya color liebre con el rabillo del ojo, sale escopetiado ladrando como histérico y corriendo a todo lo que le dan las patas.

El Gato se para un poquito y dice, “¿Correr yo? ¿Pa qué? Aquí mismito la espero quieto parao. ¿Pos no? ¡Ella misma va a dar toda la güelta…!”

sábado, 17 de marzo de 2007

De Racismos y Xenofobias

"... Y no es que yo sea racista, no.

Mira lo que te digo. Soy el primero en reconocer que cualquier persona de raza pura puede ser bella también a su manera. Aunque sea de raza negra.

Los que mortifican mi alma no son los negros, sino la caterva de inmigrantes negroides. A esos sí que no puedo soportarlos ni de lejos..."

lunes, 12 de marzo de 2007

El último bastión de los poetas

Siempre he sostenido que el único lugar en donde un poeta puede ganarse la vida con su arte es en la publicidad. De hecho, sospecho que muchos de los creativos en este negocio lo son por haber sido y por ser poetas.
Como para muestra basta un botón. Aquí les pongo un enlace a un anuncio de Coca-Cola que juega con la paradoja (y con un sentido del humor que hace tiempo no veía en sus anuncios). El anuncio realmente juega con diferentes niveles de significado: la frustración con la máquina a la que no se le puede pedir que nos fíe la coca, el hecho de un multi-archi-recontra millonario que no tiene ni un mísero un dólar para la maquinita, y finalmente el hecho de que sea la tecnología la que deje a este hombre sin su Coca-cola. Eso de patear la máquina justo después de enfocar a la pantalla de entrada del nuevo Windows Vista es ya poesía pura.
Véanlo y cuéntenme si les pareció tan genial como a mí el anuncio.

Traducción de lo que dice al final: ¡Hola! ¿Alguien por ahí? ¿Alguien tiene cambio para la máquina de la coca?¡Si me prestan se los devuelvo!

martes, 6 de marzo de 2007

Dolce far niente

Un alto en la huella. Todo se para y yo también. Vacaciones y la dulce culpa de no hacer lo que otras veces tendríamos que hacer porque tenemos todo el tiempo del mundo (¿o no?)
Pararme a sentir el olorcito a café que me llega de afuera. Perderme en el mundo de este último libro. Ver una película a las dos de la tarde. Hacer todo al revés para que vuelva a tener sentido.
Ya vendrá de vuelta el tiempo del no ocio, el tiempo del estrés y los apuros. Míos son, mientras tanto, el café, el silencio, la soledad y el pesado sueño que me llama desde lejos.
Felices vacaciones para todos.

sábado, 24 de febrero de 2007

Gato videoadicto

Bueno, no sería yo si no sacara algo relacionado con la vida de los felinos.
Este gato la verdad se lleva la palma en eso de la videoadicción. Sólo le falta el remoto, porque hasta barrigón es.

Mea culpa

La verdad es que si los del estado donde nació piden disculpas, ¿qué les queda por decir a todos los que lo votaron? (y hoy se arrepienten). Ni idea si la foto es real o trucada pero como dicen los italianos "se non é vero, é ben trovato".
Gracias, Pablo por el envío.

jueves, 22 de febrero de 2007

14 años.

No era suficiente con la original, la del prófugo a quien muy probablemente nadie jamás lleve ante un juez. (total...)
14 años...
También se encargan las cortes de violarla.
14 años...
La iglesia, por supuesto, siempre tan compasiva, no se queda atrás. (Faltaba más)
14 años...
Luego la prensa que, aparentemente, se preocupa mucho más por el dilema de la "pobre" juez (que no jueza) que dictó la sentencia.

Sólo me queda una cosa por decir:
14 años.

miércoles, 21 de febrero de 2007

¿Un conservador sensato (o arrepentido) en España?

Bueno, esto es más de lo que esperaba, teniendo en cuenta que se rasgaron las vestiduras, salieron a la calle con pancartas y gritaron tanto como en aquella otra bobada hecha hecatombe (la ley del divorcio).
Ahora, por suerte, sale un conservador (confeso) a decir que no se cayó el cielo y que las cosas no eran para tanto. (los comentarios a ese artículo no tienen desperdicio tampoco)
A mí lo que me jode es que se pudieran casar los homosexuales (a quienes reconozco ese derecho sin reservas) antes de que en España una mujer tuviera el acceso a la decisión, sin supuestos, sobre su vida reproductiva. Y es que todavía la cosa está en el limbo de las ambigüedades lingüisticas.
Recuerdo que la última vez que fracasó la iniciativa, uno de los cardenales de turno (sería obispo, tal vez) llamó a ese fracaso "una victoria pastoral" (¿o sería pastoril?)
De todos modos, este sería un ejemplo en que USA y España podrían aprender algo una de la otra.

martes, 20 de febrero de 2007

El inicio de las elecciones en USA y el primer interrogante.

Bueno, el 2000 nos dejó con la boca abierta a más de uno; el 2004 nos dejó llorando a más de tres. Y es que estos "cuatro años más" nos han dado la razón .
Finalmente, recomienza el circo y con él, las gansadas que suelen decir los comentaristas, los chistes en los programas de la radio pública y los debates (que son más bien de chiste, claro)

Que si Hillary, que si Obama...
(no parece haber nadie más en la escena)


Este año tenemos las dos cosas que más se temen en los círculos del establishment político norteamericano: una mujer blanca (haciendo roncha en las estadísticas preliminares) y un hombre negro (que también, realmente). Los dos de Illinois, aunque Hillary, claro, sea senadora por el estado de Nueva York. Incluso hasta se baraja por ahí la posibilidad de una lista electoral que incluya a los dos como presidente y vice. Yo no sé. ¿Cómo se decidiría quién va en qué puesto? No se llega a candidato con un ego deprimido y el cargo de vice, la verdad, es peor que el de Primera Dama (o caballero, cuando exista). Si no, pregúntenle a Gore.

Sólo sé que en mi corta carrera como votante tiendo a darle mi voto al que nunca gana. Así que me cuido mucho de decir por quién voy a votar, por si las moscas, por si a alguien se le ocurre usarme de barómetro.

Sin embargo, para mí, estas elecciones proponen un intrigante mucho más interesante. ¿Quién podría llegar primero a la presidencia de los Estados Unidos? ¿Una mujer? ¿Un hombre negro? (recordemos que las mujeres negras recibieron el voto mucho despues que los hombres negros en este país) ¿Qué tendrá más fuerza, el machismo o el racismo?

¿Y ustedes qué creían? ¿Que iba a hablar de ortografía?

sábado, 3 de febrero de 2007

Se nos fue Molly Ivins


El 31 de enero falleció Molly Ivins, mi héroe desde los años que pasé en Dallas (ciudad que según ella, que en estas cosas tenía más razón que una santa, "hubiera sido capaz de hinchar por Goliat para que matara a David")
Un par de muestra:
I am not anti-gun. I'm pro-knife. Consider the merits of the knife. In the first place, you have to catch up with someone in order to stab him. A general substitution of knives for guns would promote physical fitness. We'd turn into a whole nation of great runners. Plus, knives don't ricochet. And people are seldom killed while cleaning their knives.

[On then-President George H. W. Bush] Personally, I think he's further evidence that the Great Scriptwriter in the sky has an overdeveloped sense of irony.

¿Qué haremos aquí, en las elecciones que se nos vienen encima, los que nos acostumbramos a tenerla a ella para llamar al pan, pan y al arbusto, "Shrub"?

viernes, 2 de febrero de 2007

¿Inodoros para elefantes?


Digo yo, una cosa es que los tailandeses les enseñen a los elefantes a ir al baño en un inodoro, pero que encima no les pongan ni un biombito me parece realmente irrespetuoso. Al final, los elefantes también son gente.
Source: Conciencia Animal

martes, 23 de enero de 2007

Toda la poesía


Finalmente se largó a la arena.
Mi primuchis menor preferida decidió compartir con todos la magnificencia de su poesía y se embarcó en una gesta poética que nos deja con la lengua afuera a los que publicamos un bloguito de vez en cuando, cuando la musa nos prende el velador.
Y como además es un blog de primera, la revista electrónica Letralia, Tierra de Letras publicó algunas de las poesías que Leda escribe por encargo. Aquí se pueden ver los poemas publicados en Letralia.
Mi favorito, por supuesto, es Asomar, escrito a partir de un dibujo de mi compinche, el Juano.
Para los que quieran experimentar el blog en toda su gloria, abajo está la dirección. Y el nuevo look le queda muy bien, debo decir.
La premisa es clara: envíame tus fotos, imágenes, frases, sonidos y palabras que yo te devuelvo poemas. ¡Y qué poemas! La premisa será clara, pero el coraje de la poeta al lanzar este desafío a la inmensidad de la web es realmente algo que asusta. Ya ha demostrado en estos meses estar perfectamente a la altura.
No se lo pierdan.

jueves, 18 de enero de 2007

Cómo salir de Gatwick Airport

Hace muchos milenios estuve de paso en Inglaterra. Digo de paso porque era uno de esos viajes en que el destino final, como de costumbre, era España. Ni me acuerdo ya cual fue. Ahí descubrí que los ingleses, tan suyos ellos, se habían inventado un sistema enloquecedor para viajar. El vuelo internacional llegaba a Heathrow pero para viajar a cualquier otro punto de Europa uno tenía que ir a Gatwick Airport, que queda a más o menos una hora de distancia. En aquel momento había un precioso autobús que esperaba a los viajantes y los llevaba de un punto a otro sin mayores problemas. Incluso recuerdo que cuando llegué a Gatwick uno de los empleados de la aerolínea, mirándome con cara de compasión me indicó un lugar donde podía tomarme un café y fumarme un cigarrillo diciéndome que no me preocupara, que la obsesión norteamericana con el cigarrillo no era una realidad en Londres.

Al parecer, el ingenio británico, o la crisis, encontraron el modo de hacer de la experiencia un viaje dantesco que puede culminar, sin mucho esfuerzo, en el caos total o la demencia (¿hay diferencia?)

Este año decidí viajar a Lanzarote, vía Londres (sólo a mí se me ocurre, pero diré en mi descargo que el pasaje era carísimo a pesar de ser el más barato que encontré) Hoy, curada ya de esa locura, creo que es hora de contar lo que pasó. Para que me entiendan, para que me compadezcan, no sé, para que se rían un poco, tal vez.

Resulta que llego a Heathrow que, como de costumbre y en esto nada ha cambiado con los años, era un gallinero. Cansada, malhumorada (los viajes de más de cinco horas me ponen así) empecé a buscar el autobús de antaño que me llevara a Gatwick. Nada de nada, el autobús no aparecía y sin él, mis chances de poder tomar el avión a Lanzarote se esfumaban. De pronto veo la oficina de INFORMACIÓN y como buen turista me apropincuo y le dijo al sujeto del mostrador "How do I get to Gatwick?" Supuse que era una pregunta razonable, por lo que me sorprendí mucho cuando el sujeto me miró con cara de espanto y me dijo "It's 19 quid!" Por suerte no me puse a buscar en un diccionario (que por otra parte no tenía) y fue sólo gracias a las series británicas de la BBC que sabía que "quid" en Inglaterra quiere decir "libras" (la tele no es tan mala después de todo) Lo miré sin amedrentarme y le espeté "As if they were 2.0000. What I need to find out is how to get there, not how much it costs" El monstruo de las relaciones internacionales me miró con cara de trapo y me dijo "You have to take a bus" (aparentemente, reconoció por mi acento que no era local y decidió ayudarme un poco, pero no mucho, no fuera cosa que me quedara en Londres a vivir) Sintiendo que nos íbamos acercando a una revelación importante, le dije: "Yes, but how and where do I do that?" Por única respuesta recibí "you have to go to the bus terminal" y eso fue todo.

"Empieza bien el viaje", pensé yo. Armándome del sentido de la aventura, que mi malhumor empezaba a enterrar junto con este muchacho a quien quería pegarle una, me puse a buscar frenéticamente la malhadada estación de autobuses. Finalmente, después de una media hora, conseguí que un pakistaní, muy amable, me dijera dónde estaba la estación y arremetí con carrito y valijas contra la marea humana que bloquea, de manera constante, todo intento de movimiento en ese aeropuerto.

Finalmente llegué a Gatwick.

Si París era una fiesta, no lo sé, pero lo cierto es que Gatwick era un Zoológico. Ciertamente había dejado de ser el aeropuertito más o menos tranquilo que yo conocí en alguna época para convertirse en una especie de agujero negro dedicado a absorber y retener cualquier esperanza de viaje hacia el exterior. Lo que vi no fue gente esperando sino ganado (al mejor estilo La Rural). Después de unos segundos de contemplar este rodeo humano, me di cuenta de que sería practicamente imposible tomar el avión a Lanzarote. La cola tenía kilómetros de zigzagueantes viajeros con carritos cargados de equipaje, niños, biberones, abuelas al borde del colapso y todo tipo de paquetes. De vez en cuando, unos señores con planillas (mi mente los bautizó "cowboys con picanas") rodeaban la marea humana gritando ciudades y sacando gente del montón para saltar la cola. De mi vuelo (que salía en una hora) ni noticias. Finalmente después de quince minutos escuchando quejas en cinco idiomas (más los que no entendía), decidí colarme sola. La argentinidad me salvó. Consigné el equipaje del mismo modo en que lo había hecho en Chicago y enfilé para la cola de seguridad.

Cuando llegué ahí, la desazón se convirtió en franca desesperación. Un señor se encargó de informarme, con cara de risa (y por primera vez desde que estaba en el aeropuerto) que British Airways sólo aceptaba un bolso por pasajero y que debía volver a la cola para consignar mi bolso de mano. Le pregunté cómo quería que hiciera eso si mi avión salía en 30 minutos y la cola para seguridad era tan inmensa que la gente se colaba por turnos. El señor, sin dejar la cara de risa, encongió los hombros y se dedicó a ignorarme. Creo que hasta le hacía gracia el asunto. Vaya uno a saber, o a lo mejor alguien le habría contado un buen chiste, que por supuesto no compartió conmigo.

Traté de encontrar a alguien que me ayudara pero aparentemente los empleados de aeropuerto están entrenados en una escuela para felinos. Cuando uno los llama, miran para otro lado, se dan la vuelta y lo ignoran a uno olímpicamente. Faltaba que me mostraran el culo, como hace mi gato.

De pronto, mis ojos se cruzaron con un precioso cartelito (circular, con una banda roja que atraviesa un humeante cigarrillo) y mi cerebro empezó a concebir la más maquiavélica de las ideas. Rebusqué en el bolso y encontré el atado de Marlboro, saqué uno, lo prendí y me dediqué a fumarlo con cara de placer en medio del hall del aeropuerto.

No pasaron dos segundos. Antes de la segunda pitada, me rodearon cinco empleados del aeropuerto (completos con walkie-talkie) diciéndome que estaba prohibido fumar en el aeropuerto y que si no apagaba el cigarrillo harían traer a la policía (en Inglaterra no tienen pistolas así que, realmente, mucho no me podían hacer). Los miré con mi mejor cara de "¿Y a mí, qué?" y les dije con una sonrisa "Well... now that I have your attention, could you, please, get your priorities checked and help me get out of this blasted airport and into my flight? I will put out my cigarette as soon as you do that."

Aparentemente, no era tan difícil (cuando uno conoce gente, claro) porque con la amenaza de que todavía me quedaba medio atado de cigarrillos, se produjo el milagro. Me llevaron a un escritorio de British Airways donde pude consignar el bolso y me escoltaron hasta la puerta de salida de seguridad (pasé en menos de cinco minutos) donde, finalmente, me alcanzaron un cenicero y apagué el bendito cigarrillo, rehen milagroso en mi vida de criminal principiante.

Tuvieron que llamar a la puerta de embarque para que me esperaran porque me faltaba cruzar el desierto de Atacama para llegar a la misma, pero llegué. El que estaba en la puerta de embarque me miró con cara de pocos amigos y me dijo, como si yo no lo supiera: "You are late". Sin ningún tipo de cargo de conciencia, lo miré fijamente a los ojos y, recuperando el aliento después de la carrera de como kilómetro y medio, le dije que había sido la incompetencia de su compañía la que se había encargado de que llegara tarde y que si tenía algo más para decirme me iba a tener que dar fuego porque me habían confiscado el encendedor en Chicago y había usado el último fósforo en prender el cigarrillo salvador. Algo en mi tono de voz le debe haber indicado que lo decía en serio (por ahí le habían contado cómo fue que logré llegar) porque me pidió la tarjeta de embarque y se dejó de joder.

Debo decir que me sorprendió, la rapidez y la eficiencia con la que estos "servidores públicos", que aparentemente creían que su trabajo era impedirnos fumar, cumplieron su cometido al punto de resultar hasta eficientes en lo que realmente es su trabajo cuando tuve la osadía de prenderme un marlboro. Paradojas que tiene la vida. Si hubiera respetado la prohibición, todavía estaría en Gatwick tratando de salir.

Juro que nunca más me quejaré de Barajas.